Los diferentes tipos de queso

queso curado

Los alimentos lácteos son muy importantes para nuestra salud y conviene incluirlos dentro de una dieta equilibrada especialmente en las épocas de desarrollo. El queso es uno de los productos lácteos más consumidos ya que su amplia variedad hace que haya quesos para todos los gustos.

Las diferencias entre unos quesos y otros se encuentran en el método de fabricación y el tiempo de curación, pero la diferencia principal es la materia prima. En España es habitual comer queso de cabra, vaca y oveja y cada uno de ellos presenta unas características muy concretas.

Un queso no es mejor o peor en función de la leche con la que se fabrica o el tiempo de curación, simplemente son diferentes, de hecho en el mercado se pueden encontrar quesos gourmet producidos a partir de cualquier tipo de leche y con distintos tipos de fabricación.

En función del tipo de leche que se utiliza para fabricar un queso, podemos distinguir entre los siguientes tipos de quesos:

El queso de vaca es el más consumido en España, ya que son más suaves que el resto y existe mayor producción. Las vacas producen más queso que las cabras y ovejas, por lo que se pueden fabricar más quesos de vaca y también venderse a precios más baratos.

El queso de cabra tiene un sabor más fuerte tirando a ácido, ya que tiene mayor cantidad de grasas. El queso que se produce con leche de cabra es más blando y cremoso que el de vaca.

El queso de oveja es, por norma general, más cremoso y aromático. El queso de oveja tiene más vitaminas y minerales que el queso de vaca y tiene menor contenido en lactosa, por lo que las personas intolerantes a la lactosa toleran mejor este tipo de queso.

queso oveja

Si tenemos en cuenta cómo se fabrica el queso, encontramos otras categorías.

El queso fresco es aquel que no se ha dejado curar, son quesos suaves y muy delicados. Estos quesos son muy blandos porque retienen mucho suero y no han madurado. Entre los quesos frescos más conocidos están el de Burgos, la mozarella o el queso feta.

El queso azul se caracteriza por su olor fuerte y su color azulado o verde. Estos quesos se dejan madurar en lugares húmedos para que, gracias al moho, adquieran su principal característica. El queso azul se presenta en diferentes texturas, desde quesos muy cremosos a quesos quebradizos. Los quesos azules más conocidos son el roquefort y el gorgonzola.

Los quesos semi-curados se dejan madurar durante 2 o 3 meses y están cubiertos por una capa gruesa de cera que hace que se mantenga la humedad. La textura es más dura que la de los quesos frescos y el sabor es más fuerte. Algunos de los quesos semi-curados más conocidos son el manchego, el gruyere y el gouda.

Por último nos quedan los quesos curados, que tienen una maduración de entre 4 y 7 meses. Los quesos curados son muy grasos y tienen poca cantidad de agua, el sabor se potencia al madurarse, por lo que son quesos muy fuertes. Los quesos curados más conocidos son el parmesano, el manchego y el pecorino.

queso curado