Cómo conservar el jamón en verano

En primer lugar, hay que recordar que la temperatura ideal para la conservación de un jamón va de los 12 a los 18 grados. Como esto es algo bastante difícil en verano, la mejor opción es mantenerlo en un lugar fresco y seco, una despensa bien ventilada garantiza estas condiciones.

Una vez empezado el jamón ibérico, iremos limpiando por los laterales dos centímetros, conforme vamos consumiendo,  de esta manera se conservará el resto intacto.

Aprovecharemos la parte donde está la grasa, para ir cortando lonchas anchas y finas, para cubrir el corte una vez dejamos de cortar; de este modo, la grasa del propio jamón actuará como protector. La gran ventaja que ofrece esta protección es que evitará que el jamón se reseque. Otro de los efectos beneficiosos de esta cobertura será combatir el efecto de oxidación que produce el oxígeno.

También es aconsejable tapar toda la pata con un paño de cocina de algodón que esté bien limpio. Con esta acción se protegerá al jamón de las impurezas del aire y de la acción de pequeños insectos.

Siguiendo estos útiles y sencillos consejos, un jamón Ibérico puede resistir perfectamente el calor del verano y así poder ofrecer el manjar más exquisito en esas largas tardes-noches estivales.

Una última recomendación, la temperatura ideal de la loncha de  jamón ibérico al ser consumido a de ser 23 grados, esta hará que disfrutes de todas las características organolépticas al 100%.